La sombra del proteccionismo comercial reaparece: lecciones históricas sobre la situación actual
Hace casi un siglo, una ley arancelaria de 1930 causó un gran daño a la economía mundial. En aquel entonces, la guerra comercial, bajo el pretexto de proteger las industrias nacionales, llevó a una grave contracción del comercio global, agravando el alcance y la magnitud de la Gran Depresión. Hoy en día, la amenaza del proteccionismo comercial sigue existiendo.
En abril de 2025, Estados Unidos anunció que impondría un arancel del 125% a los productos chinos, lo que nuevamente generó inquietud en los mercados globales. El Ministerio de Comercio de China respondió de inmediato, afirmando que si Estados Unidos continuaba manipulando los números de aranceles, China no lo tomaría en cuenta y se reservaba el derecho de tomar más medidas en contra. Mientras tanto, el gobierno de Estados Unidos presentó una propuesta de suspensión de aranceles por 90 días a 75 países, reduciendo la tasa general al 10%, pero excluyendo específicamente a China, México y Canadá. Esta estrategia comercial dirigida no solo aumentó el riesgo de desacoplamiento económico entre China y Estados Unidos, sino que también presentó nuevos desafíos para el mercado de criptomonedas, un nuevo escenario para el flujo de capital global.
Advertencia histórica
Las lecciones de la Ley Arancelaria Smoot-Hawley de la década de 1930 merecen nuestra profunda reflexión. En ese momento, los países cayeron en un círculo vicioso de aranceles represivos, que finalmente llevó al colapso del sistema de comercio internacional. Esta política comercial, considerada una de las más destructivas del siglo XX, ha sonado la alarma a los responsables de la toma de decisiones contemporáneos: el proteccionismo comercial no puede resolver los problemas económicos. En 1930, el Congreso de los Estados Unidos aprobó esta ley, elevando el arancel promedio de importación al 59%, un nivel histórico, con el fin de proteger a la industria nacional afectada por la Gran Depresión, pero provocó una reacción en cadena catastrófica.
Los principales socios comerciales del mundo tomaron rápidamente medidas de represalia, lo que llevó a que el volumen del comercio internacional se redujera en casi dos tercios entre 1929 y 1934, con una caída del 70% en las exportaciones de Estados Unidos y un empeoramiento adicional de la tasa de desempleo global. Esta política no solo no salvó la economía estadounidense, sino que exacerbó la gravedad y duración de la Gran Depresión, exponiendo la mortal debilidad del proteccionismo comercial: en una economía globalizada, aumentar unilateralmente las barreras comerciales necesariamente tendrá efectos contraproducentes. Más grave aún, esta ley socavó las bases de la cooperación comercial multilateral internacional, fomentó el nacionalismo económico y sembró las semillas de la descomposición del orden económico internacional antes de la Segunda Guerra Mundial.
Estrategia arancelaria actual
A diferencia de la situación de 1930, la guerra arancelaria de 2025 muestra que Estados Unidos está tratando de remodelar la cadena de suministro global a través de una "guerra arancelaria selectiva": por un lado, ejerciendo una gran presión sobre China y, por otro, aliviando temporalmente las relaciones con la mayoría de los países. Esta estrategia de "división y descomposición" parece ingeniosa, pero en realidad oculta riesgos. Como la segunda economía más grande del mundo, China ya no es el país comercial débil que respondía de manera pasiva en la década de 1930. Ante el aumento de aranceles por parte de Estados Unidos, China elige manejar la situación con una actitud de "desatención", al tiempo que acelera la promoción de la desdolarización. Esta determinación estratégica hace que el mercado se dé cuenta de que una nueva ronda de guerra comercial puede no convertirse en un enfrentamiento total como el de la década de 1930, sino en una guerra de desgaste más duradera.
Reacción del mercado de criptomonedas
La política arancelaria del gobierno de EE. UU. ha provocado turbulencias en los mercados financieros globales, y el mercado de criptomonedas también ha sido golpeado de manera integral. El precio de Bitcoin cayó de 83,500 dólares a 74,500 dólares, mientras que Ethereum sufrió una caída aún mayor, pasando de 1,800 dólares a 1,380 dólares, y la capitalización total de otras criptomonedas se redujo en más del 40%. La liquidez del mercado se ha contraído notablemente, con los flujos de fondos mensuales de Bitcoin cayendo drásticamente de un máximo de 100,000 millones de dólares a 6,000 millones de dólares, y Ethereum registrando una salida neta de 6,000 millones de dólares. A pesar de la gran venta, a medida que los precios caen, el tamaño de las pérdidas se reduce gradualmente, lo que indica que la presión de venta a corto plazo podría estar llegando a su fin.
Desde el punto de vista del análisis técnico, los 93,000 dólares se han convertido en una clave resistencia para que Bitcoin vuelva a subir, mientras que el rango de 65,000-71,000 dólares es una importante zona de soporte que los toros deben mantener. Actualmente, el mercado ha entrado en una etapa crítica; si se rompe el nivel de soporte, podría llevar a la mayoría de los inversionistas a enfrentar pérdidas, provocando un ajuste más severo en el mercado. En general, el mercado de criptomonedas es muy sensible a los cambios en la liquidez global, y la incertidumbre causada por esta política arancelaria ya ha tenido un impacto generalizado; la estabilidad del mercado dependerá de la dirección de las políticas futuras y de la situación del flujo de capital.
En este juego, el mercado de criptomonedas es tanto un receptor pasivo como una variable activa. Cuando la situación internacional se vuelve tensa y el sistema monetario global es inestable, los inversores pueden buscar una forma de almacenamiento de valor digital que sea escasa, global y no controlada por ningún gobierno o institución. Quizás, cuando la credibilidad del viejo orden sea erosionada por guerras comerciales, las semillas de un nuevo sistema comenzarán a brotar en silencio.
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LucidSleepwalker
· hace8h
La historia se repite otra vez.
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WenAirdrop
· hace8h
De nuevo en problemas
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BearMarketBuyer
· hace8h
Otra vez me da la oportunidad de comprar la caída.
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LiquiditySurfer
· hace8h
LP también necesita tomarse una copa, este mercado es muy difícil de manejar.
La guerra comercial vuelve a surgir, Bitcoin cae por debajo de 75000 dólares. ¿Cómo responde el mercado de criptomonedas?
La sombra del proteccionismo comercial reaparece: lecciones históricas sobre la situación actual
Hace casi un siglo, una ley arancelaria de 1930 causó un gran daño a la economía mundial. En aquel entonces, la guerra comercial, bajo el pretexto de proteger las industrias nacionales, llevó a una grave contracción del comercio global, agravando el alcance y la magnitud de la Gran Depresión. Hoy en día, la amenaza del proteccionismo comercial sigue existiendo.
En abril de 2025, Estados Unidos anunció que impondría un arancel del 125% a los productos chinos, lo que nuevamente generó inquietud en los mercados globales. El Ministerio de Comercio de China respondió de inmediato, afirmando que si Estados Unidos continuaba manipulando los números de aranceles, China no lo tomaría en cuenta y se reservaba el derecho de tomar más medidas en contra. Mientras tanto, el gobierno de Estados Unidos presentó una propuesta de suspensión de aranceles por 90 días a 75 países, reduciendo la tasa general al 10%, pero excluyendo específicamente a China, México y Canadá. Esta estrategia comercial dirigida no solo aumentó el riesgo de desacoplamiento económico entre China y Estados Unidos, sino que también presentó nuevos desafíos para el mercado de criptomonedas, un nuevo escenario para el flujo de capital global.
Advertencia histórica
Las lecciones de la Ley Arancelaria Smoot-Hawley de la década de 1930 merecen nuestra profunda reflexión. En ese momento, los países cayeron en un círculo vicioso de aranceles represivos, que finalmente llevó al colapso del sistema de comercio internacional. Esta política comercial, considerada una de las más destructivas del siglo XX, ha sonado la alarma a los responsables de la toma de decisiones contemporáneos: el proteccionismo comercial no puede resolver los problemas económicos. En 1930, el Congreso de los Estados Unidos aprobó esta ley, elevando el arancel promedio de importación al 59%, un nivel histórico, con el fin de proteger a la industria nacional afectada por la Gran Depresión, pero provocó una reacción en cadena catastrófica.
Los principales socios comerciales del mundo tomaron rápidamente medidas de represalia, lo que llevó a que el volumen del comercio internacional se redujera en casi dos tercios entre 1929 y 1934, con una caída del 70% en las exportaciones de Estados Unidos y un empeoramiento adicional de la tasa de desempleo global. Esta política no solo no salvó la economía estadounidense, sino que exacerbó la gravedad y duración de la Gran Depresión, exponiendo la mortal debilidad del proteccionismo comercial: en una economía globalizada, aumentar unilateralmente las barreras comerciales necesariamente tendrá efectos contraproducentes. Más grave aún, esta ley socavó las bases de la cooperación comercial multilateral internacional, fomentó el nacionalismo económico y sembró las semillas de la descomposición del orden económico internacional antes de la Segunda Guerra Mundial.
Estrategia arancelaria actual
A diferencia de la situación de 1930, la guerra arancelaria de 2025 muestra que Estados Unidos está tratando de remodelar la cadena de suministro global a través de una "guerra arancelaria selectiva": por un lado, ejerciendo una gran presión sobre China y, por otro, aliviando temporalmente las relaciones con la mayoría de los países. Esta estrategia de "división y descomposición" parece ingeniosa, pero en realidad oculta riesgos. Como la segunda economía más grande del mundo, China ya no es el país comercial débil que respondía de manera pasiva en la década de 1930. Ante el aumento de aranceles por parte de Estados Unidos, China elige manejar la situación con una actitud de "desatención", al tiempo que acelera la promoción de la desdolarización. Esta determinación estratégica hace que el mercado se dé cuenta de que una nueva ronda de guerra comercial puede no convertirse en un enfrentamiento total como el de la década de 1930, sino en una guerra de desgaste más duradera.
Reacción del mercado de criptomonedas
La política arancelaria del gobierno de EE. UU. ha provocado turbulencias en los mercados financieros globales, y el mercado de criptomonedas también ha sido golpeado de manera integral. El precio de Bitcoin cayó de 83,500 dólares a 74,500 dólares, mientras que Ethereum sufrió una caída aún mayor, pasando de 1,800 dólares a 1,380 dólares, y la capitalización total de otras criptomonedas se redujo en más del 40%. La liquidez del mercado se ha contraído notablemente, con los flujos de fondos mensuales de Bitcoin cayendo drásticamente de un máximo de 100,000 millones de dólares a 6,000 millones de dólares, y Ethereum registrando una salida neta de 6,000 millones de dólares. A pesar de la gran venta, a medida que los precios caen, el tamaño de las pérdidas se reduce gradualmente, lo que indica que la presión de venta a corto plazo podría estar llegando a su fin.
Desde el punto de vista del análisis técnico, los 93,000 dólares se han convertido en una clave resistencia para que Bitcoin vuelva a subir, mientras que el rango de 65,000-71,000 dólares es una importante zona de soporte que los toros deben mantener. Actualmente, el mercado ha entrado en una etapa crítica; si se rompe el nivel de soporte, podría llevar a la mayoría de los inversionistas a enfrentar pérdidas, provocando un ajuste más severo en el mercado. En general, el mercado de criptomonedas es muy sensible a los cambios en la liquidez global, y la incertidumbre causada por esta política arancelaria ya ha tenido un impacto generalizado; la estabilidad del mercado dependerá de la dirección de las políticas futuras y de la situación del flujo de capital.
En este juego, el mercado de criptomonedas es tanto un receptor pasivo como una variable activa. Cuando la situación internacional se vuelve tensa y el sistema monetario global es inestable, los inversores pueden buscar una forma de almacenamiento de valor digital que sea escasa, global y no controlada por ningún gobierno o institución. Quizás, cuando la credibilidad del viejo orden sea erosionada por guerras comerciales, las semillas de un nuevo sistema comenzarán a brotar en silencio.