El candidato a presidente de la SEC, Paul Atkins, asiste a la audiencia del Senado, lo que podría llevar a la SEC a una ruta de desregulación.

El 27 de marzo, Paul Atkins asistió a la audiencia del Comité Bancario del Senado como candidato a presidente de la Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU. (SEC). Esta audiencia ha sido muy seguida, ya que podría presagiar la dirección regulatoria futura de la SEC, especialmente en el ámbito de las criptomonedas.

Atkins criticó en la audiencia varias políticas del ex presidente de la SEC, Gary Gensler, incluyendo la elaboración de reglas de la SEC que fueron anuladas por tribunales federales, el aumento de la tasa de rotación de empleados y las acciones de ejecución controvertidas contra las empresas de criptomonedas. Afirmó que, si es nombrado, dirigirá a la SEC hacia una ruta de desregulación, enfatizando la necesidad de establecer un sistema de reglas claro y efectivo que promueva la innovación mientras protege la integridad del mercado. Atkins se comprometió a reenfocar la misión central de la SEC: proteger a los inversores, mantener la eficiencia del mercado y promover la formación de capital.

En la audiencia, Atkins enfrentó un intenso interrogatorio de la senadora Elizabeth Warren. Warren cuestionó la relación de Atkins con la industria de las criptomonedas y las instituciones financieras, señalando que había brindado servicios de consultoría a un intercambio que había quebrado y poseía aproximadamente 6 millones de dólares en activos relacionados con criptomonedas. Ella exigió que Atkins se comprometiera a evitar casos relacionados con antiguos clientes durante su mandato y garantizara que no ocuparía ningún puesto en el sector financiero durante los cuatro años siguientes a su renuncia.

Frente a estas dudas, Atkins declaró que se adherirá a un código de ética y se comprometió a deshacerse de todos los activos financieros que pudieran generar conflictos de interés, incluidos los activos criptográficos, si es nombrado. Enfatizó que todas las decisiones se basarán en el interés público y en las obligaciones legales de la SEC. Ante la pregunta del senador Chris Van Hollen, Atkins se comprometió a investigar a fondo un incidente relacionado con un intercambio.

Atkins considera que establecer un marco de regulación de activos digitales que sea "claro en principios, estructurado y tecnológicamente neutral" es una tarea prioritaria. Cree que la ambigüedad de las reglas actuales ha obstaculizado la innovación y aboga por una regulación razonable para consolidar el liderazgo global de Estados Unidos en el campo de la innovación financiera. Atkins se opone a la elaboración de reglas "excesivamente politizada" y pide a la SEC que se enfoque en sus responsabilidades legales en lugar de en agendas partidistas.

Es importante señalar que Atkins se comprometió a que la SEC operará de manera transparente y escuchará las opiniones de la industria y de los consumidores, lo que contrasta marcadamente con las prácticas del pasado.

Si se confirma la nominación de Atkins, se convertirá en el presidente de la SEC más rico en décadas. Según los documentos de divulgación presentados a la Oficina de Ética del Gobierno, Atkins y su esposa Sarah tienen un patrimonio neto de al menos 327 millones de dólares. Las acciones de su empresa consultora tienen un valor de al menos 25 millones de dólares. Atkins ha declarado que, si es nombrado, renunciará a su cargo de CEO de la empresa en un plazo de 90 días.

Con la SEC en una encrucijada regulatoria, el resultado de la nominación de Atkins tendrá un profundo impacto en la dirección de las políticas de la agencia en áreas clave como el mercado de criptomonedas, los enfoques de aplicación de la ley y las reformas de la estructura del mercado. El Comité Bancario del Senado continuará revisando su idoneidad para la nominación; si es aprobado por el comité, la nominación será sometida a votación final en el pleno del Senado, donde solo se necesitará una mayoría simple para la aprobación del nombramiento.